Entre tejanos y mejicanos

San Antonio, Texas. Por detrás de California, es el estado más grande en población, y detrás de Alaska, el segundo más grande en extensión, de los Estados Unidos de América. La primera vez que estoy en América y me voy a Texas. Me costó mucho el tema de las distancias. Acostumbrada a salir del piso e ir a todos los sitios andando, me vi con la situación de ir en coche a todos los sitios. No conducía yo, sino que con la familia que vivía me acompañó a ver muchos sitios.

Me chocaron algunos puntos del continente nuevo. La gente que sirve al público, como los dependientes de las tiendas, restaurantes, bares... atienden al público de manera muy amable. Al principio dan los buenos días, preguntan por tu día, se presentan y están a tu "servicio", como debería ser en otros países. Y al final desean un buen día. Cierto es que las propinas en estos estados se tiene mucho en cuenta. Pero siempre corren a cuenta del público, así que tienen que ganárselo. 

Otra cosa es la comida. Lo de la comida basura no es del todo cierto. Es verdad que la mayoría comen en sitios de comida rápida cubierta de salsas. Pero también hay puntos ocultos. En casi todos los restaurantes, bares, la primera bebida se paga, pero luego hay una especie de self-service en el que se puede repetir las veces que se desee, con cualquier tipo de bebida (excepto alcohol). Así que también favorece a la bebida con gas o sin gas de manera irresponsable.  Otro punto es que allí se come de todo, mejicano, italiano, hamburguers, chino... pero de manera irresponsable. La fruta y la ensalada, prácticamente inexistente. 

Un tema curioso. La comida puede ser basura, pero el deporte es muy importante, sobre todos para los jóvenes y los hombres. Correr, pesas, gimnasio...

Otro punto. El alcohol. No puedes beber si no tienes más de 21 años, ni entrar en ciertos bares. Pero puedes conducir si tienes 16.Unas leyes un poco confusas. 

Y la caballerosidad impera en muchos sitios. La mayoría de hombres son caballerosos, no solamente el sombrero y el andar, sino al tratar, abrir la puerta, hablar, coger maletas y bolsas de compra... No todos, pues no es bueno generalizar, pero sí una gran mayoría. 

Disfruté viendo aquello que sale en las películas, como los autobuses amarillos, los carteles de las calles, señalizaciones, matrículas de los coches, con el estado que corresponden... Y además, rompí estereotipos y me formé otros. 

No hay palabras, es una experiencia única si se tiene oportunidad.