martes, 16 de marzo de 2010

El periodista de mesa


La situación es desesperada, pero no grave. Esta fue una de las frases más repetidas en el XI Congreso de Periodismo Digital en Huesca. El jueves 11 y viernes 12 de marzo, alrededor de 400 personas se congregaron para debatir sobre la muerte del periodismo impreso y la relevancia del ciberperiodismo. Pasaron por el escenario periodistas “sensacionalistas” del deporte hasta los trajados del ámbito económico. Cada uno barrió hacia su propio tejado, pero la mayoría de ellos aportaron por una esperanza de vida larga al periódico impreso, etiquetado de calidad y prestigio. ¿Tener entre manos un artículo sobre papel asegura una mayor profundización? Por una parte suele facilitar la lectura porque la vista no resiste mucho tiempo delante de la pantalla. Además, el tiempo de elaborar artículos para cada medio es distinto. Uno cuenta con horas y el otro con minutos. En el congreso, Alfonso Armada confesó: “Las buenas historias se leen en el papel”. Y Ramón Lobo defendió: “el uso de los distintos soportes deteriora la defensa de la calidad”.

¿Cómo puede el periodismo digital avanzar sin tener un poco de espacio? El auge de Internet hace que se explote por doquier las posibilidades de la Web. Pero con el colapse de la información, en parte ya presente, la “irresponsabilidad” de los cibernautas puede evaporarse. Cuando la “fe” en el nuevo medio disminuya, los profesionales tocarán de puntillas el suelo. La Web podría igualar o superar al periódico impreso. ¿Por qué poseer un trozo de diario garantiza la calidad de lo que se lee? En este contexto, el mito sobre el uso del papel de periódico a la hora de envolver pescado no existiría.

Cada vez más se respira una necesidad de adaptarse a los nuevos dispositivos y a la Web. Se observa con la inversión publicitaria en medios no convencionales o la aparición cada vez más de tiendas online. ¿Riesgos sobre la Web? Muchos: desde el plagio, el engaño, hasta la omnipresencia del becario desde la silla de la redacción.

Los periodistas más veteranos defienden la vida de los periódicos impresos, los jóvenes la existencia del mundo digital. Pero existe un consenso entre los dos: es necesario que la Web deje de ser un medio de escasa veracidad. Una solución podría ser apostar por un periodismo de investigación compatible con la información al minuto. Jesús Duva, periodista de sucesos, manifestó la pobreza de los contenidos digitales. A su juicio, en la pantalla del medio debería aparecer: “Es tan malo lo que se iba a publicar aquí que hemos preferido dejarlo en blanco”. El espacio en Internet es ilimitado y ya no se juega con meter buenas frases en 140 caracteres.

Estaría bien no pensar en las musarañas. Esta profesión nació con periodistas de mesa. Tiempo después se aventuraron a salir de la redacción. Y parece que ahora se vuelve al punto de partida. Para escribir buenas historias se necesita tiempo. Y pocas personas son dueñas del ahora. Para nutrir a la Web estaría bien hablar con la gente, conseguir buenas fuentes y apostar por un análisis crítico. En resumen, dejar de calentar la silla y salir al exterior.




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